El edificio es de dimensiones reducidas, con contrafuertes. Tiene una sola nave con cubierta de bóvedas de crucería. La planta es de cruz latina. El ábside es rectangular y presidido por una bella imagen gótica policromada de la virgen, obra de Guillem Seguer, uno de los mejores escultores del momento, del s.XIV, y la imagen de Santa Ana con la Virgen. Unos murales al fresco, obra de Jaume Minguell ornan la iglesia, de bóveda apuntada. En el foso hay un sarcófago gótico de los Alemán y los Pinós, señores de la comarca. En el exterior la portada de arco de medio punto del siglo XIX y destaca un rosetón de grandes dimensiones del año 1808.