En el margen izquierdo del río Corb y desde el valle, Rocafort (a 446 m de altitud) sube pegado al cerro pedregoso, venciendo las pendientes ceñidos por murallas. Su nombre mismo explica ya su constitución, roca fortificada.
El pueblo fue fortificado, aunque hoy día sólo se conserva alguna de las primitivas murallas y uno de los antiguos portales de acceso a la población.